En noviembre participé en el taller de formación dirigido por Bernard Bouheret sobre el tema de las «Rupturas Corporales» (Ruptures de corps) y su tratamiento en el masaje terapéutico Shiatsu. Un repaso a este momento rico en enseñanzas.
La práctica del Shiatsu, ya sea de bienestar o terapéutico, exige volver regularmente a uno mismo para fortalecerse y mejorar la atención a las personas que acompañamos. Con este fin, participar en un taller de formación es una oportunidad formidable para enriquecer y revitalizar la técnica. Volví a vivir esta experiencia en noviembre de 2025, durante la sesión organizada en Dijon por la asociación Contact et Nerjie. Bernard Bouheret, fundador de la Escuela de Shiatsu Terapéutico en París y figura eminente de nuestra disciplina en Francia, propuso dos días de enseñanza sobre el tema de las «Rupturas Corporales». Sobre el tatami, unas decenas de practicantes de Shiatsu franceses —en su mayoría borgoñones— de diversas escuelas y experiencias.
Tema: Las «Rupturas Corporales» Llamamos «rupturas corporales» a las zonas de desconexión u obstrucción mayor del Qi (energía o aliento) que impiden su circulación armoniosa entre el Cielo (la cabeza, el espíritu) y la Tierra (los pies, el anclaje). Mencionar esta circulación implica que aquí consideramos el «cuerpo-cinturón», espacio de esta circulación del Qi, que es más vasto que el simple cuerpo físico. Estas fórmulas pueden parecer sobrenaturales, pero como escribí recientemente: hay que aceptar esto: ¡el Shiatsu es extraño!
Un enfoque más horizontal del tratamiento Lo más importante es: ¿qué técnicas aplicamos ante bloqueos vividos muy concretamente por las personas a través de dolores, pérdidas de movilidad o trastornos físicos y psicológicos? A Bernard Bouheret no le faltan respuestas en la materia, proponiendo soluciones que nos sacan del tratamiento lineal (y por naturaleza, vertical) de los meridianos de acupuntura. No ofenderé a mis anteriores formadores pretendiendo que nunca antes me habían sensibilizado sobre enfoques más «horizontales» del tratamiento. Pero este repaso y la puesta en perspectiva de Bernard Bouheret han sido muy útiles y los apliqué en sesiones, nada más regresar a Tánger.
La experiencia inspiradora del taller Pero participar en un taller aporta algo más que conocimientos nuevos o actualizados. Entre los puntos fuertes de este curso, quedarán:
- Las sesiones de Qi Gong dirigidas por Bernard,
- La alegría que comunica permanentemente en su práctica,
- La precisión y eficacia de sus gestos,
- El beneficio de los shiatsus recibidos a lo largo de los dos días,
- El placer de los nuevos encuentros.
Como en cada taller, sentí el placer de salir de mi pequeña pecera y de vivir una experiencia de inmersión inspiradora en aguas mayores. Los encuentros y el cruce de itinerarios me ayudan a comprender mejor el camino que yo mismo he recorrido y me demuestran que avanzo en la Vía.






